jueves, 26 de noviembre de 2015

Química

Ión Hipoclorito

El ion hipoclorito, también llamado monoxoclorato (I) o monoxoclorato (1-), es un oxoanión con un átomo de cloro en estado de oxidación +1, que tiene de fórmula química ClO−. También, un hipoclorito es un compuesto químico que contiene dicho ion.
Los hipocloritos son sales derivadas del ácido hipocloroso, HClO. Algunos ejemplos frecuentes de hipocloritos son hipoclorito de sodio (lejía de cloro o agente blanqueante) e hipoclorito de calcio (lejía en polvo). Los hipocloritos son por lo habitual bastante inestables — por ejemplo, el hipoclorito de sodio no está disponible en forma sólida, ya que al eliminar el agua de una disolución de NaClO, sufre una reacción de dismutación y se convierte en una mezcla de cloruro de sodio y clorato de sodio. El calentamiento de una disolución de NaClO también produce esa reacción. El hipoclorito se descompone bajo la luz solar, dando cloruros y oxígeno.

Debido a su baja estabilidad, los hipocloritos son agentes oxidantes muy fuertes. Reaccionan con muchos compuestos orgánicos e inorgánicos.

Las reacciones con compuestos orgánicos son muy exotérmicas y pueden causar combustiones, por lo que los hipocloritos deben ser manejados con precaución. Pueden oxidar a los compuestos de manganeso, convirtiéndolos en permanganatos.

Preparación
El hipoclorito de sodio, NaClO, se forma por dismutación de gas cloro que se hace burbujear a través de una disolución diluida de hidróxido de sodio a temperatura ambiente:

Cl2(g)+2NaOH(ac)~~>NaCl(ac)+NaClO(ac)+ H2O(l)

También puede hacerse por electrólisis de disoluciones de cloruro de sodio, sin separar los productos obtenidos en los dos electrodos, que se sitúan próximos entre sí, mientras se agita la disolución.

La reacción de cloro con hidróxido de sodio concentrado, en caliente, da lugar a los aniones de cloro de mayor estado de oxidación:
3Cl2(g)+6NaOH(ac)~~>5NaCl(ac)+NaClO3(ac)+ 3H2O(l)
Química

Reacción con ácidos

Los hipocloritos producen cloro gaseoso cuando se mezclan con ácidos diluidos. Por esto es importante no mezclar lejía con ácido clorhídrico, dos productos de limpieza de uso doméstico. Los hipocloritos y los cloruros están en equilibrio con el cloro gaseoso:

2 H+ (aq) + ClO- (aq) + Cl- (aq)  Cl2 (g) + H2O (l)
Por lo tanto, según el principio de Le Châtelier, un pH elevado (presencia de pocos iones H+) desplaza la reacción hacia la izquierda al consumir los iones H+, y provoca la dismutación del cloro gaseoso en cloruro e hipoclorito, mientras que un pH bajo (presencia de muchos iones H+) desplaza la reacción a la derecha, provocando la liberación de gas cloro.

Acción blanqueante

Los hipocloritos se usan como lejía para eliminar colorantes.

Como agente oxidante
Los hipocloritos son los agentes oxidantes más fuertes entre los oxoaniones de cloro, capaces de oxidar a casi cualquier sustancia reductora. Por ejemplo, oxida al ion Mn2+ y lo convierte en permanganato:

2 Mn2+ + 5 ClO- + 6 OH- → 2 MnO4- + 3 H2O + 5 Cl-
Estabilidad
Los hipocloritos son los oxoaniones de cloro menos estables. Muchos hipocloritos sólo existen en disolución, no existen en forma pura, lo que también le ocurre con el ácido hipocloroso (HClO).

Los hipocloritos sufren reacciones de dismutación. Al calentar un hipoclorito, se degrada en una mezcla de cloruro, oxígeno y otros oxoaniones de cloro (clorato, clorito...):

2 ClO- (aq) → 2 Cl- (aq) + 1/2 O2 (aq)
3 ClO- (aq) → 2 Cl- (aq) + ClO3- (aq)

Otros oxoaniones

En las nomenclaturas sistemáticas de la IUPAC y de Stock, si aparece un número romano entre paréntesis, éste indica el estado de oxidación del cloro en dicho ion o compuesto. En el moderno sistema de Ewens-Bassett, si aparece un número arábigo con signo entre paréntesis, éste indica la carga del ion.

HIPOCLORITO DE SODIO

Es un líquido transparente de color amarillo que a simple vista no presenta sedimento ni materia en suspensión; miscible en agua en cualquier proporción.

El Hipoclorito de Sodio es obtenido a través de la reacción - absorción, a temperatura controlada de cloro gas con una solución de Soda Caústica.

Es usado como materia prima en la fabricación de blaqueadores, en procesos de potabilización de agua y limpieza de superficies, dadas sus características oxidantes, actúa como fungicida y bactericida.

Algunas industrias lo preparan conforme con las etiquetas siguientes:
HIPOCLORITO DE SODIO AL 13%
HIPOCLORITO DE SODIO AL 15%

martes, 24 de noviembre de 2015

Falla de Boconó

FALLA DE BOCONÓ
Los eventos sísmicos constituyen uno de los mayores riesgos potenciales en Venezuela en cuanto a pérdidas humanas y económicas. En la actualidad, aproximadamente un 80% de la población vive en zonas de alta amenaza sísmica, variable que aumenta el nivel de riesgo, haciéndolo cada vez mayor a medida que se eleva el índice demográfico y las inversiones en infraestructura.
Desde la fundación de los primeros asentamientos coloniales en el Siglo XVI, el país ha sufrido los efectos de los terremotos. Su historia sísmica revela que durante el período 1530-2004, han ocurrido más de 130 eventos sísmicos, los cuales han provocado algún tipo de daño en varias poblaciones venezolanas.


En Venezuela, la zona de mayor actividad sísmica corresponde a una franja de unos 100 km de ancho, definida a lo largo de los sistemas montañosos de Los Andes, la Cordillera Central y la Cordillera Oriental, lugares en los que se ubican los principales sistemas de fallas sismogénicas del país: Boconó, San Sebastián y El Pilar, respectivamente.
Además de este sistema de accidentes tectónicos, hay otros sistemas activos menores tales como Oca-Ancón, Valera, La Victoria y Urica, capaces de producir sismos importantes.
Los sistemas de fallas de Boconó - San Sebastián - El Pilar, han sido propuestos como el límite principal entre las Placas Caribe y América del Sur, causante de los sismos más severos que han ocurrido en el territorio nacional.



Terremoto de Los Andes de 1894

El 28 de abril de 1894 sucedió el Gran Sismo de Los Andes, también conocido como “Terremoto de Mérida”, es uno de los terremotos más grandes de los que se tenga registro en la historia sísmica de Los Andes y uno de los más fuertes que han ocurrido en Venezuela. Hasta hoy es la sacudida más violenta de la que se tiene registro de la falla de Boconó, el devastador terremoto provocó la fractura que presenta actualmente la falla. Se estima que el epicentro estuvo en la población de Chiguará, al sur del estado Mérida, donde el sismo fue más intenso y las réplicas fueron sentidas en varias zonas de los estados Barinas, Zulia y Lara, fuera del sistema de Los Andes, además de las ciudades de Cúcuta y Pamplona (Colombia). El efecto devastador alcanzó tres estados: Mérida, Táchira y Trujillo. Se estima que pudo ser de 7° de magnitud, sin embargo, otras investigaciones basadas en los documentos, señalan que pudo llegar a ser de 8 y hasta 9°. La mayoría de los grandes terremotos ocurridos en el occidente de Venezuela, han estado asociados con movimientos de este corredor de fallas. Geomorfológicamente, la falla de Boconó se manifiesta por una serie de valles alineados, depresiones lineales y otros rasgos alineados en un corredor de 1 a 5 km de ancho, orientado, aproximadamente, en dirección N 45° E, los científicos estiman que su formación es relativamente reciente y calculan que la edad es de 5 millones de años aproximadamente. Esta falla proviene del Pleistoceno Superior, antes era una gran llanura formada por sedimentos de algunos ríos (Chama, Mucujún y Albarregas), en cuyo lugar se formó una meseta, sobre la cual se halla la ciudad de Mérida. Los estudios históricos e instrumentales indican que la zona de fallas de Boconó debe ser clasificada como muy activa, lo cual es corroborado por estudios recientes de paleosismicidad, cuyos resultados arrojan periodos de retorno del orden de 200 años para eventos de magnitud 7. De hecho, datos de Funvisis (Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas), señalan que en algunas zonas del estado Mérida, incluyendo la capital, se registran hasta 70 microsismos diariamente (entre 1.5 y 2.1°), lo que hace a la falla de Boconó la más activa de Venezuela.

Los registros de la época señalan que el 28 de abril de 1894, a tempranas horas de la noche, los merideños de diversas partes de la entidad comenzaron a notar extraños comportamientos en los animales, tales como el movimiento nocturno de gran cantidad de serpientes, aves dejando sus nidos y volando lejos en horas de la noche, entre otros comportamientos que fueron documentados con curiosidad, por los periodistas e historiadores. A las 10:15 de la noche, el sismo azotó el estado, múltiples apagones ocurrieron en la entidad, las personas salieron de sus casas de inmediato y se refugiaron en las plazas. Los efectos del desastre no pudieron ser visibles sino hasta el día siguiente cuando la luz del sol permitió rescatar a los sobrevivientes, observar los desastres que habían ocurrido y desenterrar los cadáveres. Los documentos señalan que se produjo una gran fractura en la Cordillera de Los Andes, pues el estruendo de las montañas se oyó en casi todo el estado, se desbordó la laguna de Urao en Lagunillas y desapareció parte del poblado de Chiguará. Los daños materiales fueron incalculables en Táchira, Mérida y Trujilo, según datos de Tulio Febres Cordero, hubo un total de 21.000 damnificados y 300 muertos, estos registros son los que hacen pensar a los científicos que un terremoto de 7° no habría producido tal devastación en una región que para la época tenía no muchos habitantes.

Como consecuencia de la Tectónica de Placas, el extremo sur del Mar Caribe ha sido definido como la frontera entre las Placas del Caribe y la Suramericana (Molnar y Sykes, 1969). En el presente esta frontera está definida por el sistema de fallas Boconó-Morón-El Pilar (Rod, 1956; Schubert, 1981, 1984) y otras zonas de fallas, sumergidas y expuestas, al norte de Venezuela (Schubert, 1988; Schubert y Krause, 1984). Este sistema de fallas corta y desplaza el extremo oeste de las montañas del Caribe, lo que sugiere que su desplazamiento rumbo-deslizante comenzó en tiempos geológicos recientes, posiblemente a partir del Terciario tardío.

Geomorfológicamente, la Falla de Boconó se manifiesta por una serie de valles alineados, depresiones lineales y otros rasgos alineados en un corredor de 1 a 5 km de ancho, orientado, aproximadamente, en dirección N 45° E y a lo largo de unos 500 km en la parte central de los Andes Venezolanos, entre la depresión del Táchira y el Mar Caribe. Al este de Morón, a lo largo de la costa del Caribe, ella se continúa en las fallas de Morón y El Pilar. Hacia el suroeste, termina en una serie de corrimientos y fallamientos inversos en la depresión del Táchira, al extremo norte de la Cordillera Oriental de Colombia. Es la mejor conocida de todas las fallas de Venezuela porque fué una de las primeras en ser reconocida (Rod, 1956), posee una fuerte expresión topográfica y está claramente expuesta a todo lo largo de su extensión. Su movimiento rumbo-deslizante se refleja, principalmente, en el desplazamiento de estructuras pleistocenas. La mayoría de los grandes terremotos ocurridos en el occidente de Venezuela, han sido asociados con movimentos de este corredor de fallas. Aunque algunos autores han postulado un desplazamiento principal en sentido normal a lo largo de la Zona de Fallas de Boconó (Shagam, 1972, 1975; Giegengack et al., 1976) y solo movimientos menores rumbo-deslizantes, más recientemente, un detallado estudio de evidencias neotectónicas a lo largo de toda su extensión (Schubert,1980a, 1982, 1984) ha revelado la existencia en esta zona de grandes cuencas cenozóicas (cenozóico tardío) de tracción (pull-appart basins), en las cuales, sin embargo, se pueden evidenciar grandes desplazamientos locales verticales (normales), separados por estrechos segmentos de fallas, con un claro desplazamiento de rumbo lateral-derecho.

El análisis y el modelaje sísmico sugieren que la Falla de Boconó puede ser parte de una frontera de placas desde hace aproximadamente 5 millones de años (Dewey, 1972). La oblicuidad de la Falla de Boconó en relación al rumbo de los Andes Venezolanos y el hecho de que ella corta y desplaza provincias geológicas de origen y edad diferentes (Cordillera de los Andes y del Caribe) sugiere que es una estructura externa a esos sistemas, que fué incorporada a la frontera entre las placas del Caribe y Suramérica en un pasado geológico relativamente reciente. El análisis de los mecanismos focales de terremotos recientes es consistente con un desplazamiento predominantemente lateral-derecho, profundidades focales generalmente menores de 35 km e indica una dirección aproximada de compresión este-oeste (Folinsbee, 1972; Dewey, 1972; Fernandez et al., 1977).




SISMICIDAD

El registro histórico de la sismicidad en Venezuela comienza, aproximadamente, en 1590, despues de la llegada de los primeros colonizadores españoles. En la zona andina se puede hablar de que esta historia comienza en el año de 1.599, con el reporte de un terremoto que sacudió a La Grita y otros pueblos de Mérida. El siguiente evento de que se tiene noticias ocurrió en 1.610, cuando los cronistas reportaron detalles de un terremoto desastroso al cual se le asignó, de acuerdo con estudios recientes de la distribución de daños e intensidades sísmicas, una magnitud de 7.3 grados en la escala de Richter. Desde ese entonces hasta la presente fecha han ocurrido en la zona al menos otros 7 eventos sísmicos de características destructoras en los años de 1.644, 1.775, 1.812, 1.834, 1.845, 1.894 y 1.932. Entre ellos destaca el ocurrido en el año de 1.812, en plena gesta independentista de Venezuela. Sin embargo, debido a la escasa población existente hasta épocas relativamente recientes, la historia sísmica del país es bastante incompleta, ya que sólo alcanzaron a registrarse los eventos más grandes. Este registro muestra una secuencia de terremotos de moderados a grandes, que ha sido resumida por varios autores (Febres-Cordero, 1931; Centeno-Grau, 1940; Fiedler, 1961; Cluff y Hansen, 1969; Dewey, 1972; Grases, 1980).

El mayor terremoto (magnitud Richter promedio 8) registrado en Venezuela ocurrió el 26 de Marzo de 1812. Este evento destruyó las ciudades más importantes situadas a lo largo de la Zona de Fallas de Boconó, desde Mérida hasta Caracas, cubriendo una distancia de aproximadamente 600 km. Alrededor de 26.000 personas murieron, lo que representaba entre 5% y el 10% de la población total de Venezuela para la época. La concentración de los daños a lo largo de un corredor paralelo al eje de los Andes Venezolanos y su prolongación por la costa del Caribe, claramente sugiere que este terremoto ocurrió en un segmento de la zona de fallas de Boconó. A partir del daño reportado, especialmente en las ciudades de Mérida, San Felipe-Barquisimeto y Caracas, inicialmente se pensó que éste fué un evento multifocal con epicentros cerca de esas ciudades (Fiedler., 1961). Esta hipótesis, sin embargo, fué posteriormente cuestionada por Cluff & Hansen (1969), y más recientemente, por Aggarwal (1983), quienes consideran que se trató más bien de un solo evento con una ruptura de falla que se extendió desde el epicentro, cerca y al suroeste de Mérida, hasta Caracas, cubriendo así una distancia similar a la del gran terremoto de 1906 en la Falla de San Andrés (California, USA).

El último gran terremoto registrado en los Andes Venezolanos fué el evento de magnitud 7 ocurrido el 26 de Abril de 1894, con un epicentro también cercano y al suroeste de Mérida. En esta oportunidad murieron unas 350 personas y varias poblaciones y aldeas fueron destruídas dentro de una amplia región comprendida entre Tovar y Mérida por el sureste y la zona sur del Lago de Maracaibo por el noroeste. En esa oportunidad fueron destruidas las poblaciones de Tovar, Santa Cruz de Mora, Mesa Bolívar, Chiguará y Mérida, por mencionar sólo las más importantes. El área de daños de este evento fue calculada por Centeno Grau (1.940) en unos siete mil kilómetros cuadrados, abarcando desde Trujillo en Venezuela, donde se derrumbó la torre de la iglesia de San Francisco, hasta cerca de Pamplona (en Colombia), siendo especialmente intenso en la región comprendida entre Bailadores y Tabay (en ambas pueblos se derrumbaron las iglesias).

En el presente, toda la zona de fallas de Boconó, desde la depresión del Táchira en su extremo suroeste hasta el Mar Caribe al noreste, es sismicamente activa. La mayoría de los eventos más grandes se alinean bien con la traza principal de la Falla de Boconó, mientras que los más pequeños, asi como unos pocos grandes, estan dispersos dentro de un corredor de varias decenas de kilómetros de ancho, adyacente a esta traza, lo que indica que muchas de sus fallas subsidiarias son igualmente activas. La mayoría de los terremotos registrados a lo largo de la traza principal de la falla son eventos superficiales (profundidad promedio de unos 15 km). Las profundidades tienden a crecer para los eventos más grandes hacia el noroeste (cuenca del Lago de Maracaibo) y hacia el sureste (cuenca de Barinas) de la zona de fallas de Boconó, alcanzando profundidades que llegan a superar los 40 km. Hacia el extremo suroeste de los Andes Venezolanos, ya en territorio colombiano, existe una zona sísmica de profundidades intermedias ( ~ 160 km), debajo del extremo norte de la Cordillera Oriental de Colombia y la Sierra de Perijá, cerca de la ciudad de Bucaramanga, que incluye una notable concentración de eventos conocida como el Nido o Foco de Bucaramanga (Schneider, Pennington and Meyer, 1987). Muchos de los eventos de esta fuente sísmica son registrados casi a dario en las estaciones sismográficas del Occidente de Venezuela, con tal constancia y precisión que en repetidas oportunidades se ha sugerido utilizar el Nido como una fuente controlada para estudios corticales en ambos países.

La distribución espacio-temporal de la sismicidad en la región señala que la actividad más intensa está ubicada hacia el extremo suroeste de la zona de fallas de Boconó, especialmente entre las ciudades de San Cristóbal (frontera con Colombia) y Mérida. La mayoría de los terremotos más grandes han ocurrido en este segmento. Durante los últimos 150 años una zona de calma sísmica pareciera haber existido en la parte central de los Andes Venezolanos, aproximadamente entre las ciudades de Mérida y Boconó (~ 130 km), donde no se han registrado sismos mayores desde aproximadamente 1830.

El registro de la actividad sísmica mediante redes sismográficas locales durante los últimos 12 años, muestra que en la actualidad la actividad microsísmica ocurre, fundamentalmente, a través de tormentas locales que tienden a durar alrededor de 2 ó 3 meses. Durante estas tormentas, decenas de microsismos alcanzan a ser registrados, permitiendo la elaboración de modelos sismotectónicos locales (Laffaille y Estevez, 1986).

El estudio de los mecanismos focales para eventos regionales (Molnar and Sykes, 1969; Isacks and Molnar, 1971; Dewey, 1972; Pennington, 1981) sugiere un fallamiento predominantemente lateral derecho a lo largo de la traza principal de la Falla de Boconó y fallamiento de empuje en sus flancos. Estos mismos mecanismos tienden a indicar un esfuerzo compresional promedio orientado aproximadamente en dirección este-oeste. Todos estos resultados apoyan la hipótesis de que la tectónica actual de la región está controlada, fundamentalmente, por un movimiento hacia el este de la Placa del Caribe en relación a la Placa Suramericana. Otros mecanismos focales, calculados por Laffaille (1981) y Laffaille y Estevez (1986) para eventos de menor magnitud dentro de la Zona de Fallas de Boconó, muestran soluciones correspondientes a una gran variedad de fallamiento normal e inverso, asociado a fallas subsidiarias y, particularmente, a cuencas de tracción y zonas de compresión, comunes en esta región.

Varios autores han estimado períodos de retorno para la ocurrencia de sismos dentro de la Zona de Fallas de Boconó. Comparando el desplazamiento de rasgos geomórficos con el desplazamiento correspondiente a una magnitud Richter dada, Cluff y Hansen (1969) y Schubert (1982) estimaron períodos de retorno de alrededor de 200 años para terremotos de magnitud 8. Por otra parte, basándose en la pendiente de la Curva Frecuencia-Magnitud Gutemberg-Richter (valor b), Cluff y Hansen (1969) obtuvieron intervalos de recurrencia de 200, 34 y 7 años para eventos de magnitudes 8, 7 y 6 respectivamente. Para este mismo rango de magnitudes, Aggarwal (1981) obtuvo valores de 430, 70 y 11 años respectivamente. Finalmente, considerando todo el intervalo de tiempo desde 1600 hasta 1980 y siguiendo un método propuesto por Steep (1972), Rengifo y Estevez (1987) obtuvieron valores de 460, 60 y 8 años para las mismas magnitudes. Estos resultados y consideraciones, más los obtenidos por Larotta en 1976, indican que la Zona de Fallas de Boconó debe ser clasificada como muy activa y potencialmente peligrosa. Probablemente el mismo tipo de razonamiento llevó a varios especialistas del Lamont-Doherty Geological Observatory de la Universidad de Columbia, USA (Lynn Sykes, Andrew Murphy, Beth Israel e inclusive su director Manik Talwani) a escribir un informe en Mayo de 1978, donde escribieron que "... La Falla de Boconó define una región donde podría esperarse un gran terremoto en el futuro, y el occidente de Venezuela debe ser considerado como una zona de alto riesgo sísmico"


Fuentes:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0120-02832010000100006&script=sci_arttext

http://www.funvisis.gob.ve/archivos/www/terremoto/Papers/Doc029/doc029.htm

Biología

De acuerdo con el número de unidades que la constituyen los azúcares se clasifican en:
Monosacáridos
Formados solo por una unidad, también se llaman azúcares simples. Los más abundantes en la naturaleza son:
Glucosa
Fructosa
Galactosa
Ribosa
Manosa

Disacáridos
Formados por dos monosacáridos, iguales o diferentes, también se llaman azúcares dobles. Los más abundantes en la naturaleza son:
Maltosa
Lactosa
Sacarosa
Isomaltosa
Trehalosa
Trisacáridos

Formados por tres monosacáridos, iguales o diferentes, también se llaman azúcares triples. Los más abundantes en la naturaleza son:
Maltotriosa
Rafinosa

GLUCOSA
La glucosa es un monosacárido con fórmula molecular C6H12O6. Es una hexosa porque contiene seis (6) átomos de carbono, y es una aldosa, pues el grupo carbonilo está en el extremo de la molécula,  (grupo aldehído). la glucosa se encuentra libre en las frutas y en la miel. Su rendimiento energético es de 3,75 kcal/g en condiciones estándar. Es un isómero de la fructosa, con diferente posición relativa de los grupos -OH y =O.
Nombre IUPAC: 
6-(hidroximetil) hexano
-2,3,4,5-tetrol
* (2R,3R,4S,5R,6R)-6
-(hidroximetil) tetrahidro
-2H-pirano-2,3,4,5-tetraol
Otros nombres:
Azúcar de la sangre
Azúcar de maíz
D-Glucosa
Fórmula molecular: C6H12O

Propiedades físicas
Apariencia Polvo blanco
Densidad 1540 kg/m3; 1,54 g/cm3
Masa molar 180,063388 g/mol
Punto de fusión 150 °C (423 °K)
Para establecer relación entre la glucosa y la salud, consulte: 


MALTOSA
La maltosa o azúcar de malta es un disacárido formado por dos glucosas unidas por un enlace glucosidico producido entre el oxígeno del primer carbón anomerico (proveniente de -OH) de una glucosa y el oxígeno perteneciente al cuarto carbón de la otra. Por ello este compuesto también se llama alfa glucopiranosil(1-4)alfa glucopiranosa. Al producirse dicha unión se desprende una molécula de agua y ambas glucosas quedan unidas mediante un oxígeno monocarbonílico que actúa como puente.
La maltosa presenta en su estructura el OH hemiacetálico por lo que es un azúcar reductor, da la reacción de Maillard y la reacción de Benedict. A la maltosa se le llama también azúcar de malta, ya que aparece en los granos de cebada germinada. Se puede obtener mediante la hidrólisis del almidón y glucógeno.

Su fórmula molecular es :
                C12H22O11
Se obtiene industrialmente por hidrólisis del almidón en presencia de la diastasa de malta. Se presenta en forma de polvo cristalino blanco utilizado en cervecería.
La malta es cereal y la maltosa es el azúcar de la malta...La malta se usa para fabricar cerveza, whisky y vinagre de malta, entre otros.

La ribosa llamada también pentosa o monosacárido de cinco átomos de carbono es de alta relevancia biológica en los seres vivos al constituir uno de los principales componentes del ARN en su forma cíclica, y de otros nucleótidos no nucleicos como el ATP.

Ribosa

La ribosa llamada también pentosa o monosacárido de cinco átomos de carbono es de alta relevancia biológica en los seres vivos al constituir uno de los principales componentes del ARN en su forma cíclica, y de otros nucleótidos no nucleicos como el ATP.
Ribosa


Molécula de β-D-Ribofuranosa.
Fórmula química C5H10O5
Masa molecular 150,13 g mol−1
Densidad 0,80 g cm−3
La ribosa llamada también pentosamonosacárido de cinco átomos decarbono es de alta relevancia biológica en los seres vivos al constituir uno de los principales componentes del ARN en su forma cíclica, y de otros nucleótidos no nucleicos como el ATP.
La ribosa procede de lapolimerización de la eritrosa. A partir de la ribosa se sintetiza ladesoxirribosa en la ruta de la pentosa fosfato. Además se le considera uno de los azúcares oligosacáridos con mayor carácter hidrosoluble.
Las células, dentro del núcleo contienen dos tipos de ácidos nucleicos, el ARN y el ADN. Cuando se hidroliza el ARN, además de otros compuestos se obtiene la ribosa. La importancia biológica más importante, en cuanto a la ribosa se refiere, es la formación en la estructura de los ácidos nucleicos, los cuáles a su vez participan en la síntesis de proteínas.(Allinger). Es una genia del ADN La absorción de la D-ribosa por vía intestinal es del 88%-100%, con una media de 200 mg/kg/h.
Su fórmula química es: C5H10O5